Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2017

"La casa dada vuelta", de Guadalupe Lombardozzi

El teatro de títeres es una de las formas dramáticas en la que mejor se patentiza el origen mágico y ritual del teatro . Y es que en un mismo acto, bella paradoja mediante, el titiritero nos muestra cómo manipula un objeto que, al mismo tiempo, casi nos convence que está vivo. Si a esto le sumamos que el manipulador simultáneamente encarne otro personaje, el deleite ante tanta destreza artística no puede ser mayor.  Esto sucede en “La casa dada vuelta”, de Guadalupe Lombardozzi, quien como titiritera pero también asumiendo el rol de una pequeña niña, Irupé, deberá  combatir al feroz monstruo Estisimolou, que acecha los sueños de los niños. Pero Irupé no estará sola, contará con la ayuda de su muñeca favorita,  Tomoe Gozen (nombre de una heroína guerrera del Japón feudal) para emprender este viaje plagado de peligros. Con música original de Andrés Albornoz y una soñada casa de muñecas de color celeste realizada por Juan Manuel Benbassat, se configura este mundo, sencillo per

Mucho más que una visita guiada

Un viaje sin fin  es una propuesta que entremezcla a la perfección lo lúdico con lo educativo, en un recorrido donde a través de la arquitectura y los objetos aprendemos las características e historia del Teatro Nacional Cervantes. Próxima a las variantes del teatro en espacios no convencionales, los actores/guías del grupo Amichis a través de un GPS de cartón y en clave de clown, profundizan en la percepción y resignificación de cada una de sus instalaciones: Sala María Guerrero, Sala Orestes Caviglia, escaleras, palcos y plateas, entre otros sitios. A través de siete microescenas con títeres, clowns  y un vestuario con reminiscencias de piratas, caballeros y princesas, el espacio se vuelve puntapié para un recorrido histórico con anécdotas y datos curiosos sobre los avatares del edificio y la cocina del teatro: “¿Por qué los palcos de la sala María Guerrero son bajos?”, “¿Y por qué los actores se dicen “mierda” antes de cada función”?. Escoltados por la sonrisa amable de los

“El vestido de mamá”, de Gustavo Tarrío

El celeste no es solamente un color para nenes ni el rosa es solamente nenas, y tampoco nadie puede arrogarse el derecho a decirles a los niños o niñas con qué puede jugar. Esta es una de las reflexiones en las que ahonda “El vestido de mamá”, obra que transita su segunda temporada, esta vez en el Centro Cultural 25 de Mayo. Este  musical para toda la familia escrito y dirigido por Gustavo Tarrío (“Todo Piola” y “Groenlandia”), sobre el homónimo libro infantil de Dani Umpi con ilustraciones de Rodrigo Moraes, relata la exploración de un niño jugando en soledad con un vestido de lentejuelas de su madre, que será también el reconocimiento de su propia singularidad. Tarrío, con amplia trayectoria en cine y televisión, demuestra en una hora de espectáculo la esencia misma del teatro: su magia, la paradoja de hacernos ver un mundo que en realidad no se muestra. Mediante una puesta despojada, que no precisa más que un piano y pianista en escena, tres actores con impresionantes caudale